¿Has oído hablar alguna vez del cesto de los tesoros? Es importante no confundir este término con las típicas canastillas de bebé. Aunque ambas son para su disfrute, las canastillas suelen ser objetos para regalar una vez han nacido. El cesto de los tesoros es un cesto lleno de objetos con las que el bebé puede experimentar y descubrir nuevas formas y texturas.
Esto suena mejor que bien, ¿verdad?
¡Pues tenemos más para ti!
Vamos a enseñarte cómo prepararlo para tu pequeño o para el pequeño que tú quieras.
Materiales para preparar tu cesto de los tesoros
Lo primero que debes conseguir es la cesta. Te recomendamos que esta sea de mimbre o de yute para que sea lo más natural posible. Además, es relevante que sea una cesta lo suficientemente amplia para que quepan bastantes objetos y el pequeño pueda cogerlos sin problemas. Y un requisito más… Su forma redondeada le ayudará a cogerlos más fácilmente.
Después, debes conseguir los “tesoros”; esos objetos cotidianos que fascinan a los más pequeños por ser elementos que en ocasiones no puede manipular. El poder de lo prohibido entra en juego ;).
¿Qué objetos colocar?
Te mostramos algún ejemplo de ellos:
- Una cuchara de metal grande.
- Un colador.
- Una hucha de metal con monedas dentro (sellada).
- Un cepillo de dientes infantil.
- Una esponja.
- Una manopla exfoliante.
- Un pincel grande.
- Una tapa de sartén.
- Llaves con mosquetón.
También puedes introducir algún alimento, pero ¡ojo!, que esté bien envasado para evitar que entre en contacto con los otros objetos.
Estos son solo algunos ejemplos, puedes elegir entre cientos de ellos siempre y cuando no supongan un peligro para el bebé y se adecuen a su edad.
¿En qué basarse a la hora de elegirlos?
En el tacto: Gracias a diferentes texturas, densidades o temperaturas, se puede experimentar a través de estas sensaciones.
En la vista: Usa colores llamativos y formas a las que no esté acostumbrado. Desde estrellas hasta círculos, rombos o figuras sin una forma definida. La idea es que vaya trabajando tanto a nivel cromático como a nivel perceptivo.
En el oído: Introduce objetos que puedan dar diferentes sonidos. Desde la madera hasta el metal. También es interesante que tengan algo con lo que poder golpearlos para así emitir un ruido en concreto.
En el olfato: Puedes introducir frutas como naranjas, limones, pomelos u hojas de laurel. Todo lo que pueda despertar su sentido olfativo.
En el gusto: Desde frutas hasta caramelos… ¡También mercera un dulce de vez en cuando! Intenta introducir sabores de varios tipos para que aprendan a diferenciarlos, desde la acidez de un limón hasta el salado de una galleta.
Ya tenemos el cesto, ¿y ahora qué?
Todo depende en cierta medida de la edad. El juego debe ser independiente y libre, pero siempre “vigilando” desde la distancia.
Si el niño es más mayor puedes dejar la cesta en su estantería para que pueda cogerla cuando quiera. De esta manera podrá decidir cómo y cuándo jugar con ella. Incluso elegir qué quiere incluir en la cesta. ¡Será muy divertido crearla juntos!
En caso de que sean bebés, lo mejor es que vayas rotando los objetos de la cesta para que no se aburran y puedan experimentar con nuevos objetos.
¿Cómo participar como adulto?
Cuando el bebé ya ha experimentado por sí solo durante un tiempo, es posible que los elementos ya no le llamen la atención. Ahora es cuando entras tú en juego o bien explicándole que son y para qué se utilizan o sustituyéndolos por otros nuevos.
Es importante dejar que interactúe, pero también que sepa que estás ahí para compartir experiencias y aprendizajes juntos. Sobre todo, si el niño es más mayor y puedes explicarles datos interesantes.
¿Qué ventajas aportan las cestas de los tesoros?
Las cestas de los tesoros consiguen:
- Ejercitar su propia autonomía. Aprender a decidir por sí mismos.
- Ejercitan los 5 sentidos y les permite interiorizar conceptos más difíciles como el equilibrio, la capacidad o el volumen.
- Estimulan la psicomotricidad fina y habilidades cognitivas como la atención o la concentración.
- Son capaces de favorecer la socialización y la comunicación con otros bebés.
- Favorecen su creatividad y les enseñan a ser activos en su propio proceso de aprendizaje.
- Es una actividad física que puede ayudar a estimular tanto su parte mental como su parte física.
Así que… ¿A qué estás esperando para ir a tu cocina y elegir los elementos de tu próxima canasta de tesoros?
¡Vais a pasar tardes inolvidables con ella!
En MIMOS apostamos por la crianza consciente para el desarrollo de los más pequeños. Si tienes dudas, ponte en contacto con nosotros. ¡Queremos saber de ti!