Cuando vamos a ser padres aparecen en nuestra mente infinidad de dudas que, mezcladas con las emociones, hace que devoremos todo lo que tenga que ver con la maternidad. Pensamos en carritos, bañeras, cunas, habitación, trona, ropita… Leemos artículos, navegamos por internet, preguntamos a amigos, familiares, etc. Nos creamos nuestra propia base de datos y con ella, acudimos a tienda para ser finalmente asesorados.
De todos los productos que dejamos encargados en la tienda, hay uno al que hay que prestar especial atención: la silla del coche. Es lo único de toda la puericultura que va a velar por la vida de nuestro futuro tesoro, y sin embargo, no le damos la importancia que merece. ¿Por qué? Pues porque el bebé viajará en un vehículo que se desplaza a grandes velocidades, y que, en caso de accidente, intervienen grandes cantidades de fuerza. Por ello, es tan importante que este sistema sea lo más eficaz posible, y no es de otra forma que a contramarcha.