Enfrentarse a la crianza es todo un reto para padres, madres y personas cuidadoras, especialmente cuando se hace de forma primeriza. Aunque muchas de las cuestiones relacionadas con ella se pueden hacer de forma instintiva, ya que la naturaleza se encarga de proporcionarnos recursos para ello, es interesante informarse sobre las distintas técnicas de crianza y educación que podemos dar a nuestros hijos e hijas.
Todos los padres, madres y otras personas para las que un niño o niña es importante y especial, queremos que crezca siendo una persona adulta saludable, tanto física como emocionalmente, y que disponga del máximo de recursos para tener una vida plena y feliz.
Algunas técnicas de crianza
La crianza consciente que fomentamos desde el espacio MIMOS, es un punto de partida general, un estilo de maternidad o paternidad. Dentro de este tipo de crianza, que se basa en poner en el centro las necesidades de nuestros hijos e hijas para comprender cómo podemos acompañarlos en su desarrollo y crecimiento, generando un clima de confianza y afectividad.
La crianza consciente se contrapone al estilo convencional de crianza. Mientras que en la convencional las figuras paterna y materna se muestran como la autoridad a la que obedecer, los progenitores conscientes buscan que niños y niñas comprendan el por qué de las cosas y reconducen conductas de formas no punitivas, generando un clima propicio para el crecimiento y el desarrollo personal confiado.
La clave está en dar confianza al niño o niña desde etapas tempranas, fomentando el desarrollo de su autoestima y trabajando los comportamientos desde el punto de vista asertivo.
Dentro de esta filosofía de paternidad o maternidad se encuentran cuestiones como el porteo –transportar al bebé en posición vertical y en contacto con el cuerpo es muy beneficioso–, el BLW o baby-led weaning –que consiste en iniciar a cada bebé en la alimentación sólida o semisólida a su propio ritmo–, tener en cuenta cuestiones de seguridad como el viaje a contramarcha en la sillita del coche y dar la importancia que le corresponde al juego, como hacen métodos como el Pikler o Montessori.
Qué es el método Montessori
El método Montessori es un modelo educativo alineado con la crianza consciente. Se caracteriza por poner en el centro el desarrollo de los niños y niñas, agrupados en períodos de tres años, promoviendo la socialización, el intercambio de conocimientos entre iguales y fomentando valores como la cooperación, la confianza o la solidaridad.
Se puede aplicar desde edades muy tempranas, teniendo en cuenta que la mente de un bebé es una esponja que absorbe todas las emociones y sensaciones que experimenta y, por lo tanto, durante los tres primeros años de vida se sentarán unas bases que serán muy importantes en el futuro del niño o niña.
En este periodo, el currículo Montessori se centra en el desarrollo de la psicomotricidad y la coordinación, el fomento del desarrollo del habla, la socialización y el sentimiento de pertenencia al grupo, así como en construir la autoestima.
8 beneficios del método Montessori
A continuación destacamos algunos de los principales beneficios del método educativo Montessori aplicado a partir de edades tempranas:
-
Ayuda a construir la autoestima desde etapas tempranas
El método Montessori ayuda a reforzar la autoestima de los niños o niñas desde pequeños, dándoles confianza para tomar decisiones con libertad y desarrollarse a su propio ritmo. De esta manera, conseguimos que nuestro hijo o hija se sienta seguro a medida que avanza, fomentamos su autoestima y la confianza en su entorno. Una autoestima saludable desde edades tempranas ayudará al desarrollo de personas adultas emocionalmente fuertes.
-
Se basa en el aprendizaje activo
El niño o niña es el sujeto del aprendizaje y no el objeto, es parte del proceso y no un mero receptor. Para aprender debe intervenir, algo que fomenta su curiosidad y que tome la iniciativa.
-
La educación está adaptada al ritmo de cada uno
El aprendizaje en el método Montessori agrupa a los niños y niñas en periodos de tres años, de forma que se fomenta el intercambio de conocimientos entre iguales y se permite que cada individuo avance a su propio ritmo.
-
Amplía las posibilidades de aprendizaje
Permite que cada uno aprenda a su ritmo y elija aquello que despierta más su interés o curiosidad maximiza las oportunidades para que despliegue su creatividad y deje volar su imaginación.
-
Promueve el sentimiento de pertenencia al grupo
Al trabajar en grupos de iguales, se desarrollan valores tan importantes como el sentimiento de pertenencia al grupo, el respeto, la confianza, la cooperación y la colaboración, el afecto o la solidaridad.
-
Potencia la responsabilidad y la independencia
A pesar de promover el sentimiento de pertenencia al grupo, también se potencia la responsabilidad al dar libertad a cada individuo en la toma de decisiones, lo que dará lugar a adultos competentes, responsables y autónomos.
-
Despierta el pensamiento crítico
El aprendizaje cooperativo ayuda a que se conviva con distintos puntos de vista y se interactúe con niños y niñas con necesidades e intereses distintos.
-
Cooperación vs. competencia
El sistema educativo tradicional tiende a generar competencias en las aulas, mientras que Montessori fomenta la colaboración y el aprendizaje cooperativo.